domingo, 27 de enero de 2013

Entrevista a Ángel Dalo, jurista local


Entrevistamos a Ángel Dalo Menéndez, licenciado en Derecho y jurista local. Hace poco ha recibido una mención especial en el premio autonómico Lex, y acaba de regresar de la promoción de su nuevo proyecto: Reglamento sancionador sobre la tala de pinos silvestres en Villamarín Este. Nos recibe en su despacho, donde reina un desorden propio de aquel que trata de lidiar con el Derecho Administrativo español.
-P: Antes de comenzar la entrevista; ¿Podría decirse que es aquí donde crea su arte?
-A: Es sin duda una pregunta que me hacen a menudo. Aquí desarrollo gran parte de mi trabajo, sobre todo el trabajo material. Pero cualquier lugar es bueno para inspirarse: un parque, la Audiencia, un café, la Gerencia de Urbanismo… Hay que decir que en nuestra ciudad se respira Derecho. Todo está muy bien reglado.
-P: Parte de esa reglamentación se la debemos a usted.
-A: Podemos tutearnos; que se note la igualdad material. Reconozco que mi reglamento sobre la estructuración y regularización de potestades semafóricas evitó muchos conflictos de competencias entre el Ayuntamiento y los semáforos. Vivimos en un sistema complejo, y los juristas debemos de tratar de reordenar las competencias.
-P: ¿Cómo empezó en esto del agere.
-A: Desde pequeño detestaba las cosas que no se ceñían a un patrón. Por eso estudié Derecho. Me licencié y empecé a hacer doctrina y elaborar reglamentos por puro hobby. Luego tuve la oportunidad de mostrar mi trabajo al público.
-P: Acaba de presentar su nuevo trabajo, un reglamento. ¿Qué puede decir de él?
-A: Es un trabajo muy íntimo y personal. Tratar con pinos me ha hecho volver a mis raíces. Profesionalmente también supone una reestructuración de mi trabajo: aunque es un reglamento sujeto al Derecho Público, he tratado de conciliarlo sobre la tradición civil de fundos. He vuelto a mis orígenes como jurista: la tabla VI Y VII.
-P: ¿Podría decir que ha tratado de innovar en su campo?
-A: El hecho de que sea un trabajo íntimo y personal lo ha vuelto propio del derecho personalista. Hay quien dice que el derecho público y personalista es incompatible; que vean mi trabajo. Creo que este reglamento dejará satisfecho a todo el mundo y evitará que se talen pinos en Villamarín Este, garantizando nuestro derecho al Medio Ambiente.
-P: Ese es un derecho recogido en nuestra Constitución. ¿Podría decirnos algo sobre la pelea que tuvo con Juan Hortelano, el constitucionalista?
-A: No fue una pelea. Ni siquiera un debate doctrinal. Simplemente es que los constitucionalistas creen que están por encima del resto del ordenamiento jurídico. Se toman la pirámide de Kelsen muy al pie de la letra. Le deseo su mejor en su carrera y en la promoción de su nueva Ley Orgánica.
-P: ¿Has pensado alguna vez en entrar al campo del Derecho Penal?
-A: Mentiría si dijese que no. El Derecho Administrativo sancionador es muy parecido al Penal.
-P: Quizás algún día nos sorprendas con algún eximente de la responsabilidad.
-A: Quizás, quizás. (Ríe)
-P: ¿Da para comer esto de ser jurista?
-A: No demasiado. Los abogados, jueces, incluso los procuradores, sacan dinero de esto. Para comer de crear doctrina y elaborar leyes tienes que estar en alguna Universidad o en alguna Comisión del Parlamento. Y aun así valoran mucho más la investigación científica en las universidades que la jurídica.
-P: ¿Es complicado que te sancionen una ley o reglamento?
-A: Si, tienes que estar mucho tiempo por Parlamentos Autonómicos, Plenos municipales y eso para que te acepten aunque sea una enmienda y así darte a conocer. Hay que tener contactos o mucha suerte. También hay mucho aprovechado que quiere que te abras de piernas con la promesa de que te sancionarán el reglamento.
-P: A usted le aceptaron una ley en el Congreso de los Diputados.
-A: Sí, además fue sobre materias conexas en una Ley Orgánica. Fue muy emocionante y un momento muy emocionante para mi carrera.
-P: ¿Afectan las nuevas tecnologías a la industria?
-A: Internet ha permitido la proliferación de ideas, proyectos de ley, reglamentos. Ha facilitado la adquisición y búsqueda de Códigos y leyes. Pero también ha generado que haya mucha información de poca calidad: reglamentos contra la Ley 30/92, reglamentos iguales al REPEPOS, leyes inconstitucionales…
-P: No parece muy convencido entonces de la utilidad de Internet.
-A: No todo es malo, pero soy de los que opinan que donde haya una buena edición del Código Civil, con su margen para anotaciones y su Ley de Bases de 1888… Además, los libros gordos lucen más en un despacho (Ríe)
-P: Un jurista a la vieja usanza, podría decirse.
-A: Desde luego. Los Codificadores son un referente para mí.
-P: ¿Le hubiese gustado redactar algún fuero?
-A: No me gusta la heterogeneidad normativa medieval española. Aunque haber ayudado a redactar a Alarico II su Breviario o a Alfonso X las Pragmáticas creo que es el sueño de todo jurista.
-P: ¿Aparte de ser jurista tiene otras aficiones?
-A: La escritura, como tantos otros juristas. Aunque las novelas y relatos me salen muy técnicas, muy a lo García Hortelano. Los idiomas: el latín y el alemán son muy importantes para esto, y nunca viene mal saber algo. También me gustaría saber algo de politología. ¡Muchas cosas, oiga! Pero esto del Derecho es tan absorbente…

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