Entrevistamos a Ángel Dalo
Menéndez, licenciado en Derecho y jurista local. Hace poco ha recibido una mención
especial en el premio autonómico Lex,
y acaba de regresar de la promoción de su nuevo proyecto: Reglamento sancionador sobre la tala de pinos silvestres en Villamarín
Este. Nos recibe en su despacho, donde reina un desorden propio de aquel
que trata de lidiar con el Derecho Administrativo español.
-P: Antes de comenzar la
entrevista; ¿Podría decirse que es aquí donde crea su arte?
-A: Es sin duda una pregunta que
me hacen a menudo. Aquí desarrollo gran parte de mi trabajo, sobre todo el
trabajo material. Pero cualquier lugar es bueno para inspirarse: un parque, la
Audiencia, un café, la Gerencia de Urbanismo… Hay que decir que en nuestra
ciudad se respira Derecho. Todo está muy bien reglado.
-P: Parte de esa reglamentación
se la debemos a usted.
-A: Podemos tutearnos; que se
note la igualdad material. Reconozco que mi reglamento sobre la estructuración
y regularización de potestades semafóricas evitó muchos conflictos de
competencias entre el Ayuntamiento y los semáforos. Vivimos en un sistema
complejo, y los juristas debemos de tratar de reordenar las competencias.
-P: ¿Cómo empezó en esto del agere.
-A: Desde pequeño detestaba las
cosas que no se ceñían a un patrón. Por eso estudié Derecho. Me licencié y
empecé a hacer doctrina y elaborar reglamentos por puro hobby. Luego tuve la
oportunidad de mostrar mi trabajo al público.
-P: Acaba de presentar su nuevo
trabajo, un reglamento. ¿Qué puede decir de él?
-A: Es un trabajo muy íntimo y
personal. Tratar con pinos me ha hecho volver a mis raíces. Profesionalmente
también supone una reestructuración de mi trabajo: aunque es un reglamento
sujeto al Derecho Público, he tratado de conciliarlo sobre la tradición civil
de fundos. He vuelto a mis orígenes como jurista: la tabla VI Y VII.
-P: ¿Podría decir que ha tratado
de innovar en su campo?
-A: El hecho de que sea un
trabajo íntimo y personal lo ha vuelto propio del derecho personalista. Hay
quien dice que el derecho público y personalista es incompatible; que vean mi
trabajo. Creo que este reglamento dejará satisfecho a todo el mundo y evitará
que se talen pinos en Villamarín Este, garantizando nuestro derecho al Medio
Ambiente.
-P: Ese es un derecho recogido en
nuestra Constitución. ¿Podría decirnos algo sobre la pelea que tuvo con Juan
Hortelano, el constitucionalista?
-A: No fue una pelea. Ni siquiera
un debate doctrinal. Simplemente es que los constitucionalistas creen que están
por encima del resto del ordenamiento jurídico. Se toman la pirámide de Kelsen
muy al pie de la letra. Le deseo su mejor en su carrera y en la promoción de su
nueva Ley Orgánica.
-P: ¿Has pensado alguna vez en
entrar al campo del Derecho Penal?
-A: Mentiría si dijese que no. El
Derecho Administrativo sancionador es muy parecido al Penal.
-P: Quizás algún día nos
sorprendas con algún eximente de la responsabilidad.
-A: Quizás, quizás. (Ríe)
-P: ¿Da para comer esto de ser
jurista?
-A: No demasiado. Los abogados,
jueces, incluso los procuradores, sacan dinero de esto. Para comer de crear
doctrina y elaborar leyes tienes que estar en alguna Universidad o en alguna
Comisión del Parlamento. Y aun así valoran mucho más la investigación
científica en las universidades que la jurídica.
-P: ¿Es complicado que te
sancionen una ley o reglamento?
-A: Si, tienes que estar mucho
tiempo por Parlamentos Autonómicos, Plenos municipales y eso para que te acepten
aunque sea una enmienda y así darte a conocer. Hay que tener contactos o mucha
suerte. También hay mucho aprovechado que quiere que te abras de piernas con la
promesa de que te sancionarán el reglamento.
-P: A usted le aceptaron una ley
en el Congreso de los Diputados.
-A: Sí, además fue sobre materias
conexas en una Ley Orgánica. Fue muy emocionante y un momento muy emocionante
para mi carrera.
-P: ¿Afectan las nuevas tecnologías
a la industria?
-A: Internet ha permitido la
proliferación de ideas, proyectos de ley, reglamentos. Ha facilitado la
adquisición y búsqueda de Códigos y leyes. Pero también ha generado que haya
mucha información de poca calidad: reglamentos contra la Ley 30/92, reglamentos
iguales al REPEPOS, leyes inconstitucionales…
-P: No parece muy convencido
entonces de la utilidad de Internet.
-A: No todo es malo, pero soy de
los que opinan que donde haya una buena edición del Código Civil, con su margen
para anotaciones y su Ley de Bases de 1888… Además, los libros gordos lucen más
en un despacho (Ríe)
-P: Un jurista a la vieja usanza,
podría decirse.
-A: Desde luego. Los
Codificadores son un referente para mí.
-P: ¿Le hubiese gustado redactar
algún fuero?
-A: No me gusta la heterogeneidad
normativa medieval española. Aunque haber ayudado a redactar a Alarico II su Breviario o a Alfonso X las Pragmáticas creo que es el sueño de todo
jurista.
-P: ¿Aparte de ser jurista tiene
otras aficiones?
-A: La escritura, como tantos
otros juristas. Aunque las novelas y relatos me salen muy técnicas, muy a lo
García Hortelano. Los idiomas: el latín y el alemán son muy importantes para
esto, y nunca viene mal saber algo. También me gustaría saber algo de
politología. ¡Muchas cosas, oiga! Pero esto del Derecho es tan absorbente…
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